El otro día ojeando en una cafetería un periódico, no pude mas que enfadarme al leer en el mismo, las primas que iban a recibir 23 niños ricos si conseguían ganar un campeonato deportivo de nivel mundial, mas concretamente era el dinero que recibiría cada jugador de la selección española de fútbol por alcanzar la victoria en el campeonato mundial de fútbol de Sudafrica. Vaya por delante que este logro podría considerarse uno de los mas grandes jamas alcanzados por unos deportistas españoles, y que tal titulo significa una publicidad y un orgullo nacional no equiparables con nada en el planeta, pero eso, no da derecho a ofender al resto de conciudadanos con unos ingresos extras de tal cuantía a profesionales que ya en sus clubes ganan autenticas barbaridades.
Es necesario que en un futuro muy próximo, esta sociedad haga un ejercicio de autocritica y revise con sumo cuidado y atención, la desproporción existente entre las remuneraciones a deportistas de alto nivel y la rentabilidad de las mismas. Estoy completamente convencido que un futbolista de nivel mundial y que es capaz de vender su imagen a todo el planeta, tiene muy bien ganados los millones y millones de euros que recibe por sus servicios. Ahora bien, nadie podrá convencerme respecto a lo apropiado de la remuneración a un jugador menor de primera división, que milita en equipos como el REAL RACING CLUB DE SANTANDER, SPORTING DE GIJÓN ETC... o incluso uno de segunda, y que este tenga un sueldo anual de mas de un millón de euros, esto simplemente es inmoral desde cualquier punto de vista.
Cuando uno observa estos comportamientos y acuerdos entre jugadores y clubes en el momento de cerrarse un fichaje, lo primero que se piensa es: "este profesional es capaz de generar este dineral", la respuesta es muy fácil, en el 99% de las veces, NO, y esto lo sabemos por un indicio que no se le puede escapar a nadie, los clubes de fútbol de este país están al borde de la quiebra casi en su totalidad, incluso alguno ya esta inmerso en un proceso concursal, no hay mayor prueba de la absoluta desproporción entre salarios y rentabilidad económica de los futbolistas.
OSCAR CARTMAN
